Desde viviendas en estado de abandono para ser remodeladas, hasta grandes activos industriales, como en los que está apostando el Grupo Patio, son parte del abanico de opciones que ofrece la ciudad para quienes buscan un nuevo destino para sus ahorros.
De ser un centro financiero, una de las cuatro ciudades más grandes de Estados Unidos -después de Nueva York, Chicago y Filadelfia-, y de ser cuna de los tres grandes fabricantes de autos (Ford, General Motors y Chrysler), Detroit pasó a ser una verdadera ciudad fantasma tras ser declarada en quiebra en julio de 2013.
La otrora “ciudad del motor”, símbolo durante años de la economía de EEUU, arrastró los efectos de la crisis financiera de 2008 y terminó acumulando, además por un gran entramado de corrupción, una deuda de US$ 18.500 millones.
Vio caer su población en un 60% desde los años ’50. La pérdida de contribuyentes y de ingresos, además del desempleo, provocaron que la ciudad no pudiera asumir los gastos de servicios públicos.
Así, quedaron abandonadas miles de edificaciones y no fue sino hasta 2016, bajo el gobierno de Donald Trump, que se implementó un plan para reactivar la economía.
En él se contempló el retorno de las automotrices, la reconstrucción de casas y edificios, la construcción de un puente fronterizo con Canadá y muchas obras más.
Dan Gilbert, multimillonario y dueño de los Cleveland Cavaliers, compró unos 70 edificios.
Trasladó a sus empleados a Detroit, restauró otros inmuebles e instó a otras compañías a hacer lo mismo. Ahora, la proyección de Detroit es otra y ese valor lo han identificado firmas asesoras de inversiones como Negocios USA y Latam en USA.
“Se está generando un negocio bien interesante de inversión en casas residenciales en Detroit que, en el fondo, se traduce en comprar casas abandonadas, remodelarlas y poner en arriendo bajo un programa particular del gobierno destinado a personas de bajos recursos”, explica Rodrigo Novoa, director de Negocios USA.
Es decir, si el arriendo no se puede pagar, lo hace el Estado. “Se llama Section 8 y es sinónimo de renta fija y confianza”, detalla.
Distinto a lo que se puede pensar, es una actividad que están haciendo particulares: hombres de negocios que no necesariamente tienen una gran fortuna, y personas naturales que también buscan una forma de residenciarse legalmente en el país.
“Al chileno, y en general al latinoamericano, le gusta invertir en ladrillo; y, en este caso, son inversiones bajas. No entras con US$ 500 mil; entras con una casa de entre US$ 40 mil y US$ 65 mil, se invierten unos US$ 15 mil en la remodelación, y el retorno es bueno y a largo plazo”, explica.
Fuente: Diario financiero df.cl